CAFÉ TERTULIA DE ARAKADIA Y GAZ KALÓ
El 21 de marzo celebramos el día internacional contra el racismo realizando un café tertulia con la comunidad gitana en colaboración con la asociación Gaz Kaló. La actividad formaba parte de la Semana Antirracista que todos los años organiza SOS Racismo Nafarroa.
El motivo del encuentro era que nos conozcamos más las personas, que escuchemos y empaticemos. Queremos disfrutar de las relaciones con personas diversas mirándonos a la cara y compartiendo un café y una magdalena. Creemos que se consiguió ya que las personas que participamos encontramos un buen ambiente de tertulia y de escucha.
El pueblo gitano, a pesar de los más de 500 años de convivencia es un pueblo desconocido y lleno de prejuicios que necesitamos superar y reconocer que merece justicia, reparación y conocimiento.
Ricardo Hernández, presidente de la Federación de Asociaciones gitanas Gaz Kaló realizó una muy interesante presentación de la jornada. Expuso la historia del pueblo gitano, sus aportaciones a la sociedad en aspectos laborales, lingüísticos y humanos. Mostró cómo ha sido una historia de estrategias de supervivencia para evitar que el pueblo gitano desaparezca como pueblo y como cultura diferenciada ante las propuestas asimilacionistas. Puso ejemplo en el hecho de que tomaron la religión mayoritaria del pueblo donde se asentaban.
Después formamos grupos más reducidos para que todas las personas participasen. En cada grupo estaban personas gitanas que compartieron sus experiencias con todas y todos. Fueron muchos los temas, y vamos a citar unos pocos. El racismo al gitano, el antigitanismo, sigue en la sociedad. Se contaron casos de las dificultades para el acceso al trabajo. En sus historias de vida demostraron sus problemas para encontrar trabajo. En el caso de conseguirlo tienen que demostrar que son de fiar. Siempre esforzándose más que los demás.
El mundo gitano está lleno de tópicos y estereotipos que son difíciles de eliminar (toros, flamenco, no quieren trabajar…). La cantidad de literatura escrita durante siglos (caso de “La gitanilla” de Cervantes) contra los gitanos permanece y se muestra en el lenguaje peyorativo.
El olvido injustificado en la educación provoca que los prejuicios se mantengan. Se trató de la necesidad de cambiar el antigitanismo desde la escuela. Se dio mucha importancia a cómo animar a las y los jóvenes a seguir estudiando.
Desde Gaz Kaló nos contaron ejemplos de pueblos donde ha sido erradicado el absentismo infantil en la escuela. Son importantísimas las “personas talismanes”, las trabajadoras sociales, la figura del promotor/a escolar, todas ellas con perfiles sociales en lo educativo y que unidas a instituciones apoyen a las familias y las estudiantes. La educación pública, incluido el modelo D, necesita apoyos para ayudar a niñas y niños a que dispongan de las mismas oportunidades para afrontar su futuro. También comentamos que sigue habiendo diferencias en el mundo rural y el urbano en cuanto a educación.
Aunque las leyes actuales no sean racistas, no tienen en cuenta que colectivos como el romaní o gitano tienen dificultades añadidas para poder acceder en igualdad de condiciones a los beneficios que promueven muchas leyes sociales como la de emancipación de la juventud. Las leyes no están hechas por gitanos. Salieron a relucir la discriminación histórica para los gitanos, el genocidio nazi o la guardia civil (muy vinculada a la persecución gitana). También la “persecución sistémica por parte de los de seguridad” en tiendas y centros comerciales. Se habla de denunciar todos estos hechos. El racismo lleva unido el perfil de criminal de la persona racializada. Desde SOS Racismo nos informan de la dificultad para denunciar hechos racistas (por el código penal, informes policiales sin detallar…). Nos cuentan la conveniencia de protocolos de sensibilización en los cuerpos de seguridad, como el de los municipales de Pamplona: “Pamplona frente al odio”. Se hace hincapié en la dificultad de demostrar el odio cuando es producido por el racismo.
Otro tema tratado fue el de evitar homogeneizar a todos los gitanos. En Navarra hay unos 8.000 y tienen diferentes posturas en cuanto a la cultura gitana, que también está en proceso de adaptación a las tendencias actuales, como lo ha hecho a lo largo de la historia, aunque a su ritmo. Se habló del idioma mezclado del euskera con el caló (Erromintxela), de las costumbres del “pañuelo” que introdujo la reina católica, del respeto a las personas mayores, de la costumbre del luto, de los panteones llenos de flores, de la religión católica y evangelista, de los trabajos como artesanos, chatarreros, tratantes y ahora en los mercadillos. Del valor de la libertad. También sobre el trabajo añadido a las mujeres encargadas de los cuidados y la necesidad de cambios feministas. Se trató el problema de que cuando algún gitano hace algo delictivo se toma al colectivo como culpable.
Tomamos conciencia de la importancia del papel individual de cada una de nosotras para eliminar en el día a día expresiones racistas, lenguajes insultantes, historias que se alejan de la realidad, etc…
Finalizó con un resumen de los temas, un agradecimiento a los participantes, sobre todo a las gitanas y gitanos, y la confirmación de que es un placer convivir con personas diversas.
Para otras ocasiones se planteó la posibilidad de profundizar más los temas. Esta vez la idea era relacionarnos y conocernos un poquito más. Seguro que haremos más actividades con el pueblo gitano, dando a conocer su situación y su cultura, y también mostrando para qué sirve la antropología.
Un profundo agradecimiento a los que acudieron, pero sobre todo a las y a los gitanos que compartieron sus vivencias con todos los participantes.
Continuaremos en el futuro, quizás profundizando algunos de los temas tratados