7 de febrero, nueva fecha para la charla sobre el «Hombre de Loizu»

Arakadia traslada al próximo martes 7 de febrero la charla “Una mirada antropológica al Hombre de Loizu” que se desarrollará a cargo de la antropóloga y arqueóloga Maitane Tirapu de Goñi, encargada del análisis del esqueleto humano. En ella se  nos ofrecerá una exposición sobre qué aspectos rituales y sobre la vida cotidiana del hombre del mesolítico podemos derivar desde la investigación ósea.

Los restos humanos del “Hombre de Loizu” que datan del año 9.700 a.C fueron hallados en la cueva Errotalde I, en el término municipal de Erro por el grupo de espeleólogos Sakon en el año 2017 mientras realizaba actividades espeleológicas.

Os esperamos el 7 de febrero en el Civivox Condestable a las 19:00 horas.

CHARLA “UNA MIRADA ANTROPOLÓGICA AL HOMBRE DE LOIZU”

Desde la Asociación de Antropología Arakadia, el próximo miércoles 18 de enero ofreceremos una charla sobre “El hombre de Loizu”. Maitane Tirapu, antropóloga y arqueóloga encargada del análisis del esqueleto humano, nos ofrecerá una exposición sobre qué aspectos rituales y sobre la vida cotidiana del hombre del mesolítico podemos derivar desde la investigación ósea.

Os esperamos en el Civivox Condestable a las 19:00 horas.

Gau Beltza vs. Halloween: Un café tertulia mas allá de dicotomías.


El café-tertulia del 18 de octubre se desarrolló en un formato poco habitual. Tras una breve presentación inicial se dio paso al documental Gau Beltza, una iniciativa de Topagunea a partir del trabajo elaborado por los antropólogos Josu Ozaita y Jaime Altuna y recogido en el libro Itzalitako kalabazen berpiztea.

Después, como es habitual, las personas participantes (alrededor de una veintena en esta ocasión) se dividieron en dos grupos para hilvanar reflexiones en torno a diversas cuestiones sugeridas por las imágenes: los viajes de ida y vuelta de costumbres que percibimos como ajenas a nosotrxs en su origen y que en realidad, miradas de cerca, nos pueden conectar con nuestro pasado; la tensión entre categorías como recuperación, recreación e invención cuando hablamos de fenómenos culturales; el papel de la antropología como rastreadora y a la vez, en algunos casos, generadora de rituales, etc.

Hubo ocasión, cómo no, para traer a la memoria -o reconstruir en ella- tradiciones de nuestros entornos que se solían desarrollar entre el final de octubre y el principio de noviembre. Y es que en el origen de este café se encuentra la constatación de que asistimos a un nuevo giro dentro de las rápidas transformaciones que está experimentando el citado periodo en nuestra tierra.

En primer lugar, a partir de un escenario en el que durante muchas décadas el peso de la religión y la liturgia resultaba abrumador, se fue abriendo poco a poco, a partir de los años 80 del siglo XX, la oportunidad de experimentar el tránsito entre ambos meses principalmente desde la fiesta y la diversión. Así, de la mano de una cultura Halloween transnacional cuyas raíces y esencia tomamos por estadounidenses, fueron transcurriendo los años, sin tener en cuenta el origen europeo (irlandés y escocés, concretamente) de todo ello.

En lugar de calar hasta empaparnos por completo, esa lluvia encontró resistencia y, finalmente, surgió una reacción con espíritu de alternativa. Al principio como iniciativas locales aisladas; después, de forma cada vez más generalizada. Vimos que mediante Arimen Gaua o Gau Beltza se pretende, sin abandonar el espíritu festivo, crear espacios para el encuentro y goce colectivo basados en valores diferentes a los asociados a Halloween (sentido comunitario, horizontalidad, diversidad, promoción de la lengua vasca, perspectiva de género, etc.). En los grupos se habló sobre el sentido último de estas renovadas fiestas y de su semejanza con otras, llegándose a mencionar, por ejemplo, que a veces no resulta fácil identificar esos valores, al mismo tiempo que se percibe que esa es una parte fundamental en el impulso inicial de Gau Beltza.

Fueron muchas más las reflexiones compartidas: la paradójica relación que tienen todas estas celebraciones con la muerte y las personas muertas, la impermanencia de la existencia y por ende de las culturas, la función de los instrumentos de la antropología en el abordaje de los cambios socioculturales, etc. Nos quedó un buen sabor de boca, sin negar que para ello contribuyó la degustación de algunos de los dulces y alimentos asociados a estas fechas.

Hablemos de sapos, escobas, minifaldas y burkas

SAPOS, ESCOBAS, MINIFALDAS Y BURKAS. CONCLUSIONES DEL CAFÉ TERTULIA.

En el día 22 de noviembre se habló en el café tertulia sobre; cómo se construyó la imagen de la bruja, y qué se pretendió en esa proyección del mal sobre cierto sector social en una época concreta. Las preguntas que lanzamos en los diferentes grupos de discusión y en torno a los que surgieron las conclusiones fueron las siguientes:

Una mujer que es bruja, ¿puede dejar de serlo?

¿Cómo se estigmatiza hoy a la mujer? ¿se estigmatiza a la mujer occidental de algún modo?

¿Cómo se trata de ejercer hoy el control sobre la mujer?

Participantes en el café

Conclusiones;

-Existe una imagen con connotaciones positivas y negativas -de la bruja. Las connotaciones positivas están relacionadas con la naturaleza, mientras las negativas con la maldad intrínseca y la predisposición al sexo (malas y zorras).

-Entendemos que la construcción de la bruja trató de moralizar peyorativamente sobre aquellos rasgos que acentuaban la diferencia en ciertas personas (sobre todo mujeres), de las sociedades medievales. Esta construcción es imaginada puesto que las ideas de lo que es la bruja las imaginaron/construyeron otros. La bruja no se concibe así misma como una mujer que desea el mal y abraza ese mal (al diablo) que es la imagen de una religón ajena a la que era la suya propia. Esta imaginación se da en base a una pretensión, que es la de ejercer un control social.  La bruja sirve de chivo expiatorio, donde se proyecta simbólicamente lo que normativamente está mal, y se vincula con rasgos y comportamientos cotidianos de “las brujas”.

-La imagen de las brujas se proyecta sobre un sector social que está más expuesto, de alguna forma, es más vulnerable precisamente por esos rasgos que les lleva a desmarcarse del resto del grupo mayoritario. En cierto modo, actualmente puede decirse que el proceso de estigmatización es una imagen construida que se proyecta desde el otro, creando una identidad falsa que describe supuestamente, desde el prejuicio, a una minoría grupal con cierta tendencia a la vulnerabilidad. Actualmente tenemos ejemplos como los inmigrantes, el colectivo LGTBI, y en el sistema educativo del estado, donde se aplican una serie de parámetros diversos cara a categorizar qué niño/a entra dentro de “lo normal” y quién necesita ayuda especializada.

-Por tanto, la estigmatización se genera desde la alteridad, se da sobre un colectivo minoritario que se diferencia del resto por algún tipo de rasgos/conductas que se vinculan simbólicamente con lo normativamente incorrecto, de forma que “el mal” social es culpa de este grupo. Son grupos minoritarios, diversos y expuestos estructuralmente de alguna forma, no protegidos institucionalmente y fácilmente expuestos a la acusación fácil.

-Por último, recalcar que también existe la estigmatización de grandes grupos sobre los otros. Este tipo de estigmatización surge del mismo motor que el otro tipo de estigmatización, cuando nos sentimos amenazados por la diferencia. La actual islamofobia nacería de este sentimiento, y se dirigiría a través de un sutil movimiento político que conduce a las masas occidentales a “pensar” de cierta forma despectiva sobre el mundo musulmán.

-Se habla de que las mujeres que fueron acusadas de brujería tenían la capacidad de curar y ayudaban en el parto. Siendo una necesidad la de controlar los aspectos reproductivos y de la muerte desde las instituciones religiosas y políticas de la época medieval, se las acusaba de ser promiscuas, fornicar con el mal directamente, y utilizar esas plantas con capacidad curativa para volar, en vez de curar. Actualmente, la reproducción está condicionada por el mundo laboral, y el parto está institucionalizado a través de la sanidad. Es complicado el derecho a llevar el parto en el propio domicilio.

-En cierto modo, en la época medieval se relacionaba a la bruja con la magia como herramienta para hacer el mal. En el siglo XX, Lévy-Strauss negó la capacidad curativa de la magia, en tanto que su función es la de apaciguar emocionalmente al paciente, y no tiene propiedades científicamente demostrables de su capacidad de curación. Por tanto, la magia de las brujas y de los chamanes, para ambos sistemas de conocimientos de las dos épocas, Edad Media y etapa contemporánea, es ineficaz. La ineficacia de la magia brujeril provenía de que servía para hacer el mal, infundiendo así el miedo y rechazo hacia la figura de la bruja. La del chamán, reconduce a los grupos indígenas a abrazar la sanidad occidental de los grupos de desarrollo intervencionistas en los territorios indígenas. Si no tomas la medicina, te mueres.

-Actualmente se ha estigmatizado a los “negacionistas” del Covid-19. Todos aquellos que han puesto algún aspecto de la enfermedad en duda, se han metido dentro del saco como “negacionistas”. Se les llega a acusar, de forma indirecta, de facilitar que el covid se expanda entre la sociedad, negándose a vacunarse, o a respetar el aislamiento.

HABLEMOS DE SAPOS, ESCOBAS, MINIFALDAS Y BURKAS

Las fuentes documentales que nos dan acceso a conocer quiénes fueron las brujas son limitadas, en tanto que históricamente han sido escritas desde los representantes del poder de diversas instituciones políticas y/o religiosas.

Los últimos estudios sobre la brujería occidental, sobre todo aquellos que nacen desde las ciencias sociales o históricas nos sumergen en tratar de descifrar, precisamente, cómo “la bruja” fue una construcción representativa de control y poder social que se centraba en desvirtuar principalmente a la mujer desde sus aspectos más vinculativos a la naturaleza. En este sentido, la mujer rural tenía el estatus, además de la capacidad de crear vida en sus propios cuerpos, retar a la muerte a través de la sanación con la magia y plantas.

Desde Arakadia nuestro propósito es retar precisamente, a aquellxs participantes de nuestro próximo café tertulia. Nos proponemos abordar desde lo simbólico, qué elementos rodearon a la bruja para concebirla como enemigo público número 1 del control social que ejercía la Iglesia en la época medieval. Esta reflexión nos acercará a visibilizar cómo la proyección simbólica sobre la bruja no es tan diferente de la articulación simbólica que aplasta a la mujer desde una pretensión de “control social”.

Nos centraremos principalmente en dar unas pinceladas introductorias respecto a los significados que se dieron en torno a objetos que conferían identidad a la propia bruja durante la Edad Media, y los objetos actuales que referencian, de la misma forma que esos objetos en la Edad media, las relaciones de poder que tratan de constreñir  socioculturalmente a la mujer en ciertos campos de las sociedades actuales.

Nombraremos, como no a la principal delatora de esta relación entre símbolo y relaciones de poder, desde la erudita Silvia Federici.

Os proponemos leer esta entrevista a Federici para entrar en materia y participar en la tertulia: «La persecución de las brujas permitió el capitalismo» entrevista a Silvia Federici | Traficantes de Sueños